octubre 10, 2016

LA DEPRESIÓN EN PERSONAS MAYORES

Eurodep, uno de los estudios más rigurosos sobre la depresión a nivel europeo, establece que no hay una prevalencia más alta de sufrir esta enfermedad entre los adultos mayores que en otros colectivos, pero sí hay una relación más fuerte con la situación de soledad en la que están muchos ancianos. En el conjunto de Europa, la depresión afecta al 12,3% de las personas que superan los 65 años. La profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC Eulàlia Hernández asegura que es un trastorno psicológico muy común entre la gente mayor.

La depresión afecta al 12,3% de las personas que superan los 65 años

A este problema se une la dificultad de saber en qué medida, los ancianos, sufren esta enfermedad, ya que en la mayoría de los casos está infradiagnosticada, ya que muchos de ellos no consultan al médico o se suelen confundir con otra sintomatología o patologías.

Montserrat Lacalle, doctora en Psicología y profesora de Estudios de Psicología de la UOC, afirma que “lo que sí marca la diferencia es vivir en comunidad o estar institucionalizado”, ‒es decir, estar en residencias u hospitales. Y es que el hecho de estar institucionalizados por sí mismo ya es un factor de riesgo de sufrir trastornos afectivos, sobre todo después del ingreso en la residencia o institución sanitaria.

El hecho de estar institucionalizados por sí mismo ya es un factor de riesgo de sufrir trastornos afectivos

Entre los principales factores de riesgo de sufrir depresión -explica Montserrat Lacalle- también están la soledad, especialmente en edades más avanzadas, y entre los 65 y 75 años, el hecho de jubilarse, es decir, pasar de tener un rol activo profesionalmente hablando a no tener ninguna obligación laboral. “Una persona que durante 40 o 50 años ha dado mucha importancia a su vida laboral y, de repente, ve truncada esa vida, requiere unos procesos de reequilibrio importantes”, indica la psicóloga, que condiciona el riesgo de sufrir una depresión a la capacidad de adaptación a la nueva situación que tiene cada persona. “Las personas envejecen tal como han vivido el resto de su vida”, remarca. Una persona que siempre ha tenido una buena salud mental, que ha sabido afrontar los problemas, superar dificultades, adaptarse a los cambios, alguien que ha tenido tolerancia a la frustración y una buena aceptación de sí mismo ‒denominadores todos ellos de una buena salud psicológica‒, esa persona llega al envejecimiento y tiene más herramientas para hacerle frente.

La jubilación se tiene que ver y entender como un luto, un proceso psicológico que se experimenta después de cualquier pérdida, no solo ante la muerte de un ser querido. Para prevenir que se convierta en un descalabro -señala Hernández- es bueno potenciar los factores de protección y las estrategias de enfrentamiento de la persona: apoyo social, relaciones familiares, autonomía física y mental…

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2 Comments

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    Reply Maria Ma 2 diciembre, 2016 at 10:25

    hola, las personas mayores de las familias, nuestros abuelos deben ser las personas mejor tratadas y cuidadas del mundo, han estado toda su vida cuidando de nosotros y educándonos, ahora les toca a ellos que tengamos la delicadeza y el amor que se merecen.

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    Reply Maria 17 enero, 2017 at 22:40

    Ante todo es vital la paciencia a nuestros mayores, ya que a veces nos olvidamos lo importante que han sido ellos en nuestras vidas cuando éramos pequeños, se merecen lo mejor de nosotros, mucho amor y repito, paciencia

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